jueves, 22 de abril de 2010

The Girls in the House


Adaptación del Artículo de More Magazine



Ganar un escaño en el Congreso de los Estados Unidos implica para la mayoría de las representates abandonar a su familia, trabajo y localidad. Este cambio fue afrontando por Carolyn Maloney, Debbie Wasserman y Melissa Bean de diferente forma a las demás; no solo por pertencer a la misma bancada, sino por entablar lazos que van más allá del simple compañerismo partidario.

Cada una de ellas vivía sola y separada de su familia en pequeños departamentos en la ciudad de Washington DC por razones laborales, pues su vocación de servicio a la ciudadanía y país fue más fuerte que el temor al distanciamiento de sus seres queridos.

Un día la congresista Maloney decidió asentarse en una casa lo suficientemente grande para compartirla con dos compañeras del partido y, también, con sus familias en eventuales visitas. Es así que Maloney propuso su iniciativa en una reunión abierta, con el fin de establecer un compromiso de soporte emocional entre las integrantes que tan solo un convenio meramente económico.

Con el tiempo, las congresistas establecieron una hermandad muy singular que supera a la más estrecha amistad y les permite hablar sobre temas personales, afectivos, laborales, de interés nacional e internacional; es decir, basicamente cualquier cosa, sin necesidad de estar acorde siempre con todo y defender las mismas causas.

Por último, las mayores enseñanzas de la experiencia de estas congresistas son la construcción de lazos tan fuertes como el de una hermandad y la empatía entre ellas; así como, la fortaleza de dejarlo todo por trabajar por su país; y el reconocimiento de que cada una enriquece e ilustra a la otra.


Puede acceder al artículo completo en el siguiente enlace: http://www.more.com/2050/12386-dc-power-women-roommates

No hay comentarios:

Publicar un comentario